martes, 13 de marzo de 2012

RENACIMIENTO


Renacer del miedo.
Ser valiente ante el llanto.
¿Acaso del sufrimiento
el alma no aprende de engaños?

Vencer el vacío,
la sequía de la resignación,
la perfidia de quien desprecia
en el ardor de lo vano.

La fútil espera.
Amargura del resabio.
Lo constante que se hace efímero
al vaivén del tacto.

Pequeñas pronunciaciones
que llegaron a mis labios.
¡Cuán rojas fueron tus promesas
y cuán oscuro tu desengaño!

Guarda la mansedad de tus palabras
en pequeñas gotas de cristal.
En partículas minúsculas
que no alcancen a mansillar
mi ya escéptico
corazón detonado.

Quiebra y rasguña
una a una
las fibras del silencio.
Las agudas penumbras
que no acudan
a tu pensamiento.

Yo mientras tanto,
trataré de pasar desapercibida
para tu quebranto.
Me depositaré muda
en el sinfín de los años.
Renaciendo de las sombras
cual rayo de luz,
relámpago.

Vuelve cuando quieras,
tal vez nunca
a mi altar quizá
apesadumbrado.

Yo sortearé las vascilaciones,
el azar de lo extraño;
mientras la diáfana sorpresa llega
y me hace olvidar todo
en cuestión de un rato...


MARIA FERENANDA CEBALLOS. (La Realidad)

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