viernes, 25 de noviembre de 2011

ABUELA TINA



A: Robertina Rodríguez

Mi abuela es palmera,
su espalda marimba de chonta
tocada por el sol.

Mi abuela es negra
como las noches sin luna
su cabello en cambio es nieve rebosada
y en su sonrisa de alondra viajera
se alojan todas las estrellas.
Mi abuela lleva la primavera
/en su vestido
menea su cuerpo altivo
impulsada por olas del mar.
La casa de mi abuela de madera y azotea
de corredores amplios y veraneras
y una escalera que lleva a un cielo desconocido.
La casa de mi abuela con carbón siempre tibio
/y comida fresca
y los ecos de mi infancia
aún conservan la risa de traviesa
en un cofre olvidado de esta casa vieja.

Mi abuela se marcha sin avisarme
el penúltimo día de Febrero
con la frente en alto y el deber cumplido;
se marcha mi abuela subida en su canoa
y se va alejando por un camino largo...
estero de manglar,
los cangrejos miran su paso y le dicen adiós
ella rema con su canalete
y la vista fija hacia delante
para no ser estatua de sal.


MARTHA CECILIA ORTIZ.

BIPOLAR BLUES


Estoy tan desocupado como muchas cabezas de gente que conosco,
tan bipolar, tan desequilibrado como un payaso ebrio en la cuerda floja,
tan insensible, tan irreverente, como la mujer barbuda recien afeitada...

Estoy tan displicente, tan arrogante, como jesus en la cruz,
como la perfeccion de los ignorantes que nos gobiernan,
y la maldad de los halcones de acero que nos asesinan sin piedad....

El circo cierra; pero la funcion continua
...y buscaremos venganza...


DIEGO LOZANO.

COMPÁS DE ESPERA


Así como la mañana turba.
Abres los ojos
y el sol arriba...
La noche llega
vestida con su fantasía.
Todo padece una fatalidad inerte.
El día y su prisa...
El pasar de las horas.
Las estaciones que se deshojan
y florecen.
La danza inconclusa
de las manos batiéndose y
la despedida...
El tic tac del reloj.
El adiós. La huida.
Ya nada permanece.
Se desgasta
hasta la sonrisa.
La mueca en el rostro
y el astro que agoniza.
Ya es mañana
y hoy temprano, era de día.
Se aposentó un verso
en un compás eterno
que dibuja círculos y círculos.
Sempiterno regreso,
la hora finita...
Y yo. Mustia y quieta.
Como esfinge de yeso,
espero...
Cruel y dulce agonía..."

Maria Fernando Ceballos Calvache.