martes, 19 de enero de 2010

DIARIO II


Cae la tarde. Y con ella mis miedos.



Estoy aquí, entre tus brazos y sé que la seguridad es un instante de la realidad que se escapa en un suspiro. Que tu calor es una bendición pasajera, concedida por la lastima que me tienen los dioses… por mi tristeza infinita.



Entonces, con la certeza de mi ignorancia en las ciencias del mundo, te robo de nuevo un beso con una caricia, y me hundo como una ladrona para no perderte de vista un segundo.
Para traspasar tu piel… con una caricia.

ALEXA PEREZ.

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