
Mi corazón no encuentra tierra donde caerse muerto
Bajo mis pies se ramifica el color de las cosas
Los átomos de tu epidermis se autodestruyen ante la ausencia
La desmedida electricidad del jazz es el aire que respiro
Acaricio tus moléculas con manos de seda
Busco tus huellas difusas en nuestra oscura prisión de espejos
Duermo sobre tu cuerpo modestamente inerte
Duermo sobre tus volcanes inactivos
Duermo sobre ti…
Besando los labios de la muerte.
DIEGO LOZANO.
1 comentario:
Ahhh!!! aquí pues sí, ese eco de "duermo" sienta muy bien, da intensidad (no estabilidad).
Y ese gradual crecimiento de desesperación, hasta desfallecer en un verso.
Un laberinto, sí, de dolor incrementado, pero sin salida.
Esto síiii está muy bueno!
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