lunes, 12 de octubre de 2009


EL ARTE DE TU ENGAÑO



Te jactas hiriendo con tu fingida inopia

Burlándote de mi infinita soledad

Tú, Hécate mortal masculinizada

Más solo que el sol y la luna,

Eres el yermo en mi corazón.



Ocultando temores, bajo la égida falsaria de tu mirada,

Repartes culpabilidades que solo a ti pertenecen,

Dejas lágrimas para que yo, Atalanta montuna

Las llore con tu inclemencia.



Permanezco insomne con el Hado

En brazos de Hipnos,

Con mi arco dorado y mis flechas caídas

Imito ser tu victima para de ti no alejarme,

Esperando en vano que rompas las cadenas

y me devuelvas la antorcha

Mi Prometeo increpante.



Pitón, el Parnaso y el oráculo te esperan

Ayuso del célico erebo que llevas en tu cerebro apolíneo,

Tú que aparentas no amarme, feroz y belicoso Ares

Solo eres invencible ante simples y pueriles mortales.



Excogitas sobre el dolor de tu vida y la mía

Dando a luz en tu averno

A la Aradia que me envenena,

En mi llegada tardía.



¿Eneo, porque simulas olvidarme?

Por tu indiferencia pendenciera

Anoche viste mi jabalí sangrante

Emerger del tártaro deslucido,

Flechando el cerbero

Cual Psique aventurera de tu ultramundo

Separando caminos

Empero uniendo quimeras,

Pensamientos y sentimientos

Camuflados con la armadura del ser omnipotente,

Del ser imprescindible

Que me ignora para herirme.


DIANA HERNANDEZ
Venatrix

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