
Un delgado hilo de agua
cayendo al lavaplatos.
-Gritos en la cocina mientras nos amamos salvajemente en la mañana-
Empañada la mirada entre el humo del café y la marihuana,
te veo desnuda sonreír placidamente...
Tus dientes y su ecléctica sinfonía inaudible;
pruebo tu sabor ...y descanso sobre ti...
me embriago con tu sudor saladamente
mientras recorro poro a poro tus muslos,
mientras me escabullo entre tus piernas...
se quema el desayuno, dices; pero no importa...
DIEGO LOZANO.
3 comentarios:
Genial! muy bueno ;)
las paredes, testigos mudas del sinsentido, como dios, sin embargo las hizo el albañil.
Igual que en el sexo improvisado, el placer sorprende en este poema.
Bueno bueno... muy bueno y picante sin perder la sensualidad que nos da lo cotidiano...
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