lunes, 2 de mayo de 2011


«La resignación es un suicidio cotidiano.»

(Honoré de Bahac)



Un grito de libertad
una consigna libertaria.
Un panfleto que incendie
toda la tremenda 'paz'
de los que callan.


Agonizan los estruendos
del régimen que acalla,
patrocinado por las fuerzas
que mutilan y avasallan.


¿Qué enfermedad adolece
- qué febril victoria vana -
un pueblo que sucumbe
ante la idiotez de quienes ufanan?


Yo me visto de colores,
me engalano con la asonada.
No me hablen de rencores,
sólo de consingas libertarias.


Mi tesis no está en teorías,
mis discursos no son de Marx o Güevara,
yo construyo mis valías
más allá de lo que se idealiza
y se vuelve marca.


Y canto un canto franco,
un blues como consigna,
un estribillo que pretende
ser algo más que poesía.


Nos confinan al abuso,
vacean nuestras arcas;
las banderas de nuestras justas
se izan a media asta.


Humillan nuestras luchas,
nos apabullan con sus lágrimas
¡despertad oh pueblo
del sueño que oprime y mata!


Claro es el destino
de quienes se resignan
y pierden la esperanza.
Desechad el imperio
de la miseria y la lástima.


Que el olvido se quede
allí donde no se recuerda
sólo se escarba;
que la verdad se apadrine
en quienes hablan palabras sensatas.


Que no me tapen la boca,
que no me pierda en la marcha,
que mi voz no cese
de fraguar una consigna
libertaria...


MARIA FERNANDA CEBALLOS CALVACHE.
(La realidad)

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