
Ojos piramidales,
imagenes que acechan las espaldas,
gárgolas en el tejado,
a su sombra gatos negros agazapados,
oscuridad infinita y absoluta,
nuestros ojos rojos brillantes se cruzan,
suena sobre las tejas de eternit el aguacero inmaculado.
Oh; el sonido de la lluvia
cayendo sobre nuestro altar profano....
La danza de las brujas en éxtasis,
góticas presencias inmateriales
y soñamos con cuervos...
Escuchando el tic - tac del reloj...
nos besamos entre la densa y lugubre neblina.
DIEGO LOZANO