"No todos los amores descansan en paz
después de muertos;
algunos (los reales) quedan divagando
en los pasillos del alma.
Algunos quedan inmóviles, inertes, desangrados…
y esos nunca se olvidan"
D.L
I
Oh! la música del arroyo,
bajo la piel del planeta
seremos volcanes estallando sincronizadamente.
Oh! los destellos fulgurantes de nuestro antiguo cielo
y la música de las mareas.
Ya hemos perdido todo,
hasta los besos dibujados en los huesos.
Oh! la música de los olvidos,
de nuestros apacibles atardeceres tardíos,
de nuestras almas físicas siempre sedientas de más.
Oh! la música de nuestras lagrimas
cayendo sobre las baldosas.
II
Llegan a tus ojos las luces del oeste,
llegan las trompetas del averno,
llegan buques imaginarios a tus puertos mentales,
congestionado está tu astillero.
Llegan los amantes condenados,
los fracasados, los poetas drogados,
los galanes de la televisión sin trabajo,
los súper machos estériles,
las ninfas, las brujas.
Llegan a mí ser tus diminutas partículas de amor fugado,
la sombra de tus senos subversivos.
III
No se cual de tus múltiples nombres
gritar o murmurar
en mis noches insomnes.
No conozco la estrategia justa,
no se como no herirte,
como no amarte,
como no despertar sin hambre de ti.
Bajo este cielo absurdo
nuestro amor inmortal renacerá como un árbol
y dará los más dulces frutos del bosque....
IV
Todo adiós definitivo es
como un después, nos odiaremos menos.
Vuelan vidrios y corazones rotos
sobre el nido de las aves.
Todo adiós es
un principio y un final.
Todo adiós es batalla inconclusa,
futuros besos de fuego y sangre.
Todo adiós es un te amo
en idioma inadaptado.
V
Amándonos aprendimos a odiarnos
y odiándonos nos enteramos de nuestras fragilidades mutuas.
Y abrazamos versos, ideologías y proyectos…
todo descansa bajo tierra maldita.
Nuestro jardín desértico....
nuestro jardín del edén...es un apocalíptico jardín de serpientes venenosas.
VI
Maldecimos los encuentros casuales,
las expediciones iluminadas,
los sudores mutuos.
Somos una sola montaña fragmentada sufriendo las adversidades del clima...
del recalentamiento global.
"Mi querida lola la historia nos unirá de nuevo,
inevitablemente."
Seremos uno solo en las volteretas inesperadas del tiempo.
DIEGO LOZANO
después de muertos;
algunos (los reales) quedan divagando
en los pasillos del alma.
Algunos quedan inmóviles, inertes, desangrados…
y esos nunca se olvidan"
D.L
I
Oh! la música del arroyo,
bajo la piel del planeta
seremos volcanes estallando sincronizadamente.
Oh! los destellos fulgurantes de nuestro antiguo cielo
y la música de las mareas.
Ya hemos perdido todo,
hasta los besos dibujados en los huesos.
Oh! la música de los olvidos,
de nuestros apacibles atardeceres tardíos,
de nuestras almas físicas siempre sedientas de más.
Oh! la música de nuestras lagrimas
cayendo sobre las baldosas.
II
Llegan a tus ojos las luces del oeste,
llegan las trompetas del averno,
llegan buques imaginarios a tus puertos mentales,
congestionado está tu astillero.
Llegan los amantes condenados,
los fracasados, los poetas drogados,
los galanes de la televisión sin trabajo,
los súper machos estériles,
las ninfas, las brujas.
Llegan a mí ser tus diminutas partículas de amor fugado,
la sombra de tus senos subversivos.
III
No se cual de tus múltiples nombres
gritar o murmurar
en mis noches insomnes.
No conozco la estrategia justa,
no se como no herirte,
como no amarte,
como no despertar sin hambre de ti.
Bajo este cielo absurdo
nuestro amor inmortal renacerá como un árbol
y dará los más dulces frutos del bosque....
IV
Todo adiós definitivo es
como un después, nos odiaremos menos.
Vuelan vidrios y corazones rotos
sobre el nido de las aves.
Todo adiós es
un principio y un final.
Todo adiós es batalla inconclusa,
futuros besos de fuego y sangre.
Todo adiós es un te amo
en idioma inadaptado.
V
Amándonos aprendimos a odiarnos
y odiándonos nos enteramos de nuestras fragilidades mutuas.
Y abrazamos versos, ideologías y proyectos…
todo descansa bajo tierra maldita.
Nuestro jardín desértico....
nuestro jardín del edén...es un apocalíptico jardín de serpientes venenosas.
VI
Maldecimos los encuentros casuales,
las expediciones iluminadas,
los sudores mutuos.
Somos una sola montaña fragmentada sufriendo las adversidades del clima...
del recalentamiento global.
"Mi querida lola la historia nos unirá de nuevo,
inevitablemente."
Seremos uno solo en las volteretas inesperadas del tiempo.
DIEGO LOZANO
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